Hasta siempre, Raúl
Despedimos a Raúl Cuervo con palabras de su amigo, Héctor "Pipo" Méndez.
Raúl tendría que descansar un rato, pero como es imprescindible no lo dejaremos. Hace años que nos decimos “es el mejor”, y es cierto aunque no el único.
Hizo de todo y todo bien.
En Los Tilos jugó e hizo muchísimos tries inolvidables de toda la cancha.
Nadie, ojo lo que digo, nadie, le fue ajeno.
Entrenando y educando sin discursear. Con mucha inteligencia y exquisita cordialidad.
Su estrategia simple: el cariño, la solidaridad y la sonrisa.
Enseñó con naturalidad que el juego es LA VIDA. Todos le debemos algo que regalaba sin preguntar. Estando en el lugar exacto.
Un crack para estar como apoyo (interno, externo y axial, se dice ahora) sin teoría y en silencio. Atención! Sin necesidad de explicarle nada.
Eso lo revela como Maestro.
Todos los del club algo le debemos. Desde todas las camadas. Chicos que crecieron hasta hombres en encrucijadas.
Siempre bancando en el sentido extenso del término.
Su grandeza reside en que TODOS tenemos alo que contar junto a él.
“Una vez con Raúl…”, “un día Raúl…”.
Bueno Raulito. Descansá un rato porque te bancaste una sin la mínima queja.
Sé que arriba, en esta gira, tenés un equipazo que te cuidará y sabía que pronto llegarías.
Acá nos faltarás bastante, pero según tus enseñanzas tenemos que aguantar sin poner caras raras.
Estás adentro de los que nunca te olvidaremos y en cada árbol que disfrutabas como jardinero (otra más…).
Bueno basta. No discurseo más.
Beso y gracias.
Así nos enseñó.
Por Héctor “Pipo” Méndez
*Camada 40, Raúl Cuervo fue el hooker del plantel superior cuando Los Tilos comenzó a jugar en Primera División en los años ‘60. Tras retirarse de la cancha, emprendió un reconocido camino como entrenador de divisiones infantiles y juveniles, e integró numerosas comisiones directivas entre las décadas del ‘70 y ‘90.
Socio número 156 (vitalicio desde 2021), aportó siempre al crecimiento y desarrollo del club, con carácter positivo, solidario y conciliador.
Gracias por todo, Raúl. Te vamos a extrañar en la tribuna.